
¿Infiltrado en el KKKlan es para tanto? [Crítica]
Infiltrado en el KKKlan nos presenta al agente Ron Satllworth. Gracias a un golpe de suerte, acaba dirigiendo una investigación en el seno del KKKlan.
Spike Lee se queda a medias entre una gran cinta y la crítica política con ‘Infiltrado en el KKKlan’
Infiltrado en el KKKlan nos presenta a un joven policía, Ron Satllworth, hijo de militares que desea servir a su pueblo. Pese a que se encuentra de frente con el racismo arraigado en la sociedad americana, incluso en el cuerpo, su gallardía y un golpe de suerte le empujan a dirigir una investigación en el seno del KKKlan.
Reseña de Infiltrados en el KKKlan
Spike Lee (Malcom X), pese a ser un director más que solvente en todas sus cintas, no deja de aprovechar el séptimo arte como reivindicación de la cultura negra. Y es aquí donde se cruzan lo mejor y lo peor de la cinta. Cuando Ron Stallworth (John David Washington) se satiriza al hablar con un blanco, o Philip Zimmerman (Adam Driver) reduce su identidad casi al absurdo me divertí a carcajada limpia. Fuera de esos momentos, es una de las pocas veces que recuerdo haber dado cabezadas en el cine.
Pese a un inicio al que le sobró el primer cuarto de hora de metraje -en esas imágenes de la Guerra de Secesión y un monólogo intrascendente de Baldwing, se nos presenta a un Ron decidido y continuamente humillado. Sin apenas desarrollo de personalidad, pide lo que llanamente es una promoción. Algo tan chocante como esos cortes entre planos que vapulean la orientación. Incomprensible que, entre estos y un par de fallos de raccord Infiltrado en el KKKlan está nominada al Oscar al mejor montaje.
Más allá de personajes planos, especialmente la presidenta del consejo estudiantil, Patrice (Laura Harrier), y otros que desaparecen en el continuo espacio tiempo, al menos Adam Driver nos aporta algo distinto. Lo mismo ocurre con John David Washington cuando interpreta a la parte más natural de Ron Stallworth. Actuación que resultó en lo más fresco de la película.
Luces y sombras
Y es que la cinta sufre de ciertos desatinos notables para catalogarla como película de culto. Sabida la gran puntería de Philip Zimmerman durante el entrenamiento de tiro, que nadie del Klan se cuestione cómo no atinó al coche en el que huía Ron, resulta intrigante. Especialmente cuando las dudas sobre su identidad estaban tan en el aire. También es notoria la torpeza a la hora de no reconocer a ambos policías, así como lo ‘tramposa’ que resulta la cinta en dos ocasiones debido al montaje.
Asimismo, que en una localidad tan pequeña nadie sepa de la existencia del único policía negro (incluido el propio cuerpo) o la dejación a la hora de crear una tapadera más elaborada son detalles que sacan a uno de la película. Film, que por cierto, adolece de una duración excesiva en pos de ahondar una crítica que 60 años después, y presidente negro mediante, se torna anticuada. Algo que no puede escudarse en que se trata de una adaptación. La obra precisó de algo más de arrojo en este sentido, al igual que la fotografía no consiguió que la narrativa trascendiera a un intento de documental bajo el lenguaje de una gran producción.
En cuanto a lo bueno de la película, destaca una banda sonora solvente. Los trabajos originales rayan a una altura fantástica; y aquellos que no lo son, fueron escogidos con mucho tino, aunque sin justificar ciertos anacronismos. Sin duda, no aporta argumentos suficientes como para haber dejado fuera de la pugna por el Oscar a la mejor banda sonora a Ha nacido una estrella.
Conclusión
Infiltrado en el KKKlan no es una mala película; pero dista mucho de la vitola de favorita al mejor trabajo del año en la gala por excelencia del séptimo arte. Pese a que cuenta con dos actores que soportan el peso del film, la duración y el excesivo enfoque en la protesta diluye aquellos pasajes que son realmente geniales. Puede que guste por tocar un tema acorde a la corrección política imperante en ciertos sectores; pero más allá de su contenido político, no encontramos nada nuevo o rompedor.
Este mismo film de haberse hecho hace 20 años hubiera sido más pertinente y posiblemente Spike Lee hubiera aportado más frescura.